Esta subespecialidad de la cardiología se enfoca al tratamiento mínimamente invasivo de las enfermedades cardiovasculares, utilizando catéteres sofisticados a través de punciones milimétricas en los vasos sanguíneos. Todo esto se realiza dentro de un escenario tecnológico altamente especializado, como lo es una sala de hemodinamia.

Es decir, si una persona sufre de un problema de las arterias coronarias del corazón, como angina o un infarto, requerirá de un cateterismo cardiaco para diagnosticar la enfermedad y en caso de ser necesario, tratar el problema con una angioplastia y/o la colocación de unos stents (dispositivos metálicos cubiertos con medicamentos, que reestablecen el flujo de sangre dentro de las arterias del corazón).

Adicionalmente se pueden tratar algunas enfermedades congénitas, como la comunicación interauricular con la colocación de un dispositivo especial para corregir el defecto. También es posible tratar diversas enfermedades vasculares, como los aneurismas de aorta y las disecciones de aorta. Esto se logra colocando un stent especial en la arteria principal del cuerpo con técnicas transcatéter en la sala de hemodinamia.

Estas opciones de tratamiento por cateterismo le ofrecen al paciente una recuperación acelerada con una agresión prácticamente nula al organismo. Todo se realiza a través de punciones en los vasos sanguíneos de un brazo o de una pierna, utilizando catéteres milimétricos que llegan al corazón y permiten de este modo realizar el procedimiento necesario para tratar una enfermedad.