Tradicionalmente se realiza una operación cardiaca con una herida grande en el tórax, a través del esternón, la estructura ósea frontal que le otorga la estabilidad a la caja torácica. Sin embargo, esta operación es una cirugía mayor y conlleva una recuperación también prolongada.
En la actualidad contamos con un equipo médico especializado en la cirugía de mínima invasión. Para esto se utilizan tecnología de punta y técnicas novedosas de cirugía altamente especializada. Estas operaciones se realizan con la asistencia de una imagen por video y técnicas de toracoscopia a través de incisiones miniaturizadas y/o un "puerto" (incisión de trabajo) de 3-4 cm.
Otra opción son los tratamientos híbridos, en los cuales se combina la capacidad del cardiólogo intervencionista y la del cirujano para ofrecer el mejor tratamiento de una enfermedad cardiovascular.
En ambos casos, la intención es reducir el traumatismo de la cirugía y ofrecerle al paciente una recuperación acelerada que le permita permanecer un tiempo relativamente corto en el hospital, permitiendo que se integre a sus actividades cotidianas y laborales en un tiempo menor.